Alfabetización Digital y Mediática: gran materia ausente en la transformación digital de Chile

Por Patricio Romero Yunge y Felipe Osorio Umaña


De acuerdo con el último informe Digital 2024 (Datareportal), el 91% de la población chilena cuenta con acceso a Internet y el 77.4% utiliza redes sociales. Estos números aumentan cuando se considera la conectividad portátil, existiendo más de 30 millones de conexiones móviles activas. 

El crecimiento en el acceso a Internet e infraestructura digital es relevante, así lo demuestran iniciativas como el Plan Brecha Digital Cero 2022-2025 y el reciente despacho por parte del Congreso del proyecto de ley sobre el acceso a internet como servicio público de telecomunicaciones. Sin embargo, es inevitable preguntarse cómo asegurar que esa conectividad sea significativa y tenga un verdadero impacto en la calidad de vida de las personas, desde la infancia hasta la adultez.

De acuerdo al estudio Kids Online, realizado por CEPPE UC y CIAE en 2022, cerca de un 60% de los niños, niñas y adolescentes chilenos recibe su primer teléfono móvil con conexión a internet antes de los 10 años. No obstante, según estudios del CNTV (2021), un 57.9% de los adultos declara no utilizar ningún tipo de filtros parentales porque confían en el contenido que los niños consumen. Mientras las escuelas e incluso los parlamentarios plantean iniciativas para prohibir los celulares en las aulas, cabe preguntarse qué medidas se están tomando para incluir la educación digital en los espacios educativos y hacerse cargo de enseñar a niños, niñas y adolescentes cómo desenvolverse en el mundo digital de manera responsable.

La proliferación de espacios de creación de contenido en Internet y el modelo de negocios de los sitios y plataformas digitales (donde el contenido con más interacciones es el más lucrativo) ha complejizado enormemente el ecosistema de la información y la forma en que interactuamos con ella. Esto también ha influido en la aparición de contenidos con escasa responsabilidad editorial, la masificación de noticias falsas y el aumento de publicidad disfrazada de información, fenómenos que pueden llegar a afectar o distorsionar cómo percibimos los hechos que nos rodean. Esto es preocupante si consideramos que la población local está cada vez más expuesta al contenido online, incluso desde temprana edad.

Incorporar la alfabetización digital y mediática en las escuelas, entendida como el desarrollo de conocimientos, habilidades y actitudes para una interacción segura y responsable en Internet, es fundamental para asegurar que estos fenómenos no afecten negativamente la experiencia digital de los nuevos usuarios. Es deber del Estado apoyar a los docentes y a los entornos educativos para cumplir esa tarea. En ese contexto, es necesario considerar el fomento de un uso crítico y consciente de las plataformas digitales, así como el desarrollo de habilidades para identificar y manejar contenido inapropiado, evitar fraudes, detener el ciberacoso y otros fenómenos que amenazan el uso pleno de los entornos digitales. 

Actualmente, el Congreso de Chile se encuentra tramitando distintos proyectos de ley –con diversos grados de avance– que intentan hacerse cargo de esta necesidad. Estos van desde la tipificación de financiamiento y comunicación de noticias falsas (Boletines 16146-07, 15256-07, 16068-07, 16030-16, 15056-07) hasta proyectos para sancionar el mal uso de la inteligencia artificial (Boletines 15869-19, 15935-07, 16112-07, 16021-07), entre otros. Lamentablemente, estos proyectos no se hacen cargo de empoderar a la ciudadanía y aumentar, de manera integral y sistemática, sus capacidades para mejorar sus experiencias digitales a partir de la formación y la educación. 

Como profesionales vinculados al movimiento Wikimedia en Chile, consideramos necesario que se impulse una política pública sistémica de alfabetización digital, que considere la promoción de estas habilidades como parte esencial del currículo escolar, con el objetivo de dotar al país de nuevas generaciones mejor preparadas para enfrentar los desafíos de una realidad cada vez más digitalizada. Esta política debería incorporar al sector público y privado, como también a las organizaciones de la sociedad civil de nuestro país que ya llevan años promoviendo proyectos en el área.

Una democracia sin ciudadanos con las capacidades para desenvolverse con responsabilidad en el ambiente digital, es una democracia vulnerable frente a la erosión de sus instituciones. Por tanto, incorporar la alfabetización digital y mediática en los esfuerzos de extender el acceso a nuevas tecnologías e Internet es una necesidad ineludible para desarrollar las competencias fundamentales de los ciudadanos del siglo XXI. Una materia en la que, lamentablemente, nuestro país sigue estando al debe.


Columna publicada en El Mostrador


Sobre los autores:

Patricio Romero Yunge
Encargado del programa de Educación y Alfabetización Digital de Wikimedia Chile. Licenciado en Educación y profesor de Inglés (UMCE). Google Certified Trainer y Google Educator.  

Felipe Osorio Umaña
Asesor de políticas públicas de Wikimedia Chile.
Abogado (Universidad de Chile), LLM (University of Kent) y candidato a doctor en Derecho por la University College London.

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